Carta a la dueña de la bicicleta
Hola, permitete que hoy te escriba, quiero hablarte de algo que creo que hace tiempo debí haberlo hecho. ¿Recuerdas aquella bicicleta?... estoy segura que si, no pudiste haber olvidado la emoción de rodar la bicicleta de aquella niña.
Apenas montaste esa bicicleta y no esperaste mas para moverte impulsada por ti misma. Fueron sólo unos segundos, pero esos segundos te alcanzaron para darte cuenta de lo que podías lograr. Tu sonrisa impedía que dismunuyera la velocidad.
El tiempo terminó, te bajaste del asiento y te adelantaste lo suficiente para que ella pudiera tomarla con la mano. Aunque tenías la esperanza que no se fuera con ella, estabas satisfecha de haberlo vivido. Parecía que todo terminaba ahí.
Te quiero recordar una cosa. Verás, esa bici para ti tenía un significado muy grande ¿sabes?. No tengo idea ni siquiera del costo, pero esa bicicleta circulaba frente a tu ojos y sin tocarla siquiera, representaba una ilusión, un anhelo, un deseo por cumplir y la oportunidad de comprobar por ti misma que las cosas suceden cuando lo deseas fuertemente.
Los años pasaron,la infancia se fue y dejaste de lado la bicicleta.
Te sigo contando lo que pasará luego, durante años harás lo posible por conseguir un automóvil, lo cual se convertirá en una aspiración, y no te culpo, las largas distancias que recorres día a día, te han convencido. Pero, ¿te digo algo? te confieso que cuando lo tengas no sentirás la misma emoción que cuando montaste la bicicleta.
¿Te cuento algo más?, me he dado cuenta que recientemente tuviste la inquietud de rodar nuevamente una bicicleta, pero piensas en el clima, el espacio definido para la bicicleta, la mirada con asombro de las personas, quién te acompañe, circular con los automóviles, los perros, en fin.
Pero puedo asegurarte que existen muchas cosas positivas, pero sólo las encontrarás hasta que las vivas, hasta que te atrévas a vencer el miedo y vivir la experiencia.
¿Te doy un consejo?, pedalea nuevamente y muevete por elección con tus propias posibilidades. Usala por recreación, por deporte, como sustituto de gimnasio, por lo que quieras, pero usala. Si te vas a empeñar en algo empeñate en esto, muevete, atrévete a vivir cosas nuevas, a contemplar el paisaje, asombrate, ríe de ti misma, permitete equivocarte y descubrir hasta donde puedes llegar, pero no te detengas, pase lo que pase habrá valido la pena.
Bueno, te termino de contar, cuando te animes, comenzarás a comprender un poco más mis palabras y te sorprenderas al descubrir que todo aquello que vives como obstáculos realmente no lo son.
Antes de despedirme dejame confesarte algo, me hubiera gustado poder decirte antes que no te acostumbres con la bicicleta estacionaria que se encuentra en casa, que pronto pasaras más tiempo atrapada en el encanto de vivir experiencias nuevas, transitando el camino como dueña de la bicicleta.
Apenas montaste esa bicicleta y no esperaste mas para moverte impulsada por ti misma. Fueron sólo unos segundos, pero esos segundos te alcanzaron para darte cuenta de lo que podías lograr. Tu sonrisa impedía que dismunuyera la velocidad.
El tiempo terminó, te bajaste del asiento y te adelantaste lo suficiente para que ella pudiera tomarla con la mano. Aunque tenías la esperanza que no se fuera con ella, estabas satisfecha de haberlo vivido. Parecía que todo terminaba ahí.
Te quiero recordar una cosa. Verás, esa bici para ti tenía un significado muy grande ¿sabes?. No tengo idea ni siquiera del costo, pero esa bicicleta circulaba frente a tu ojos y sin tocarla siquiera, representaba una ilusión, un anhelo, un deseo por cumplir y la oportunidad de comprobar por ti misma que las cosas suceden cuando lo deseas fuertemente.
Los años pasaron,la infancia se fue y dejaste de lado la bicicleta.
Te sigo contando lo que pasará luego, durante años harás lo posible por conseguir un automóvil, lo cual se convertirá en una aspiración, y no te culpo, las largas distancias que recorres día a día, te han convencido. Pero, ¿te digo algo? te confieso que cuando lo tengas no sentirás la misma emoción que cuando montaste la bicicleta.
¿Te cuento algo más?, me he dado cuenta que recientemente tuviste la inquietud de rodar nuevamente una bicicleta, pero piensas en el clima, el espacio definido para la bicicleta, la mirada con asombro de las personas, quién te acompañe, circular con los automóviles, los perros, en fin.
Pero puedo asegurarte que existen muchas cosas positivas, pero sólo las encontrarás hasta que las vivas, hasta que te atrévas a vencer el miedo y vivir la experiencia.
¿Te doy un consejo?, pedalea nuevamente y muevete por elección con tus propias posibilidades. Usala por recreación, por deporte, como sustituto de gimnasio, por lo que quieras, pero usala. Si te vas a empeñar en algo empeñate en esto, muevete, atrévete a vivir cosas nuevas, a contemplar el paisaje, asombrate, ríe de ti misma, permitete equivocarte y descubrir hasta donde puedes llegar, pero no te detengas, pase lo que pase habrá valido la pena.
Bueno, te termino de contar, cuando te animes, comenzarás a comprender un poco más mis palabras y te sorprenderas al descubrir que todo aquello que vives como obstáculos realmente no lo son.
Antes de despedirme dejame confesarte algo, me hubiera gustado poder decirte antes que no te acostumbres con la bicicleta estacionaria que se encuentra en casa, que pronto pasaras más tiempo atrapada en el encanto de vivir experiencias nuevas, transitando el camino como dueña de la bicicleta.
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